Dependen de un solo instante; aquel en el que se miran diciendose todo sin emitir sonido. Se complementan en mundos paralelos sin nisiquiera rozar pulgares, hundirse en làgrimas o usar màscaras.
No hace falta màs para notar su necesidad. Èsta les genera nuevas intrigas y hace de sus encuentros algo mas que real, dejàndolos a la cadencia de las palabras hasta el amanecer.
No piden, se entregan sin preguntar matàndose y consumiendose (quizàs) por querer llenar, cada vez un poco màs, aquel espacio vacìo que les dejò la niñez.
Al despertar, al volver, se dejan contaminar por esa sensaciòn; el estar en profundidad mientras se puede observar el claro del amanecer con nubes repletas de pequeñas gotas que se tocan y mueven al compàs de aquella melodìa que solo atrae recuerdos.
Los suyos.
4.4.10
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1 comentario:
Cada vez me gusta más este blog. Muy lindo lo que escribió muchachita...
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